viernes, 21 de noviembre de 2008

"No puedo"="no quiero"

Hace unas semanas empecé a pensar por qué nos molesta tanto que nos lleven la contraria con la comida y nos obliguen a comer (más) o a comer menos, según el día o el caso.
Es una molestia que llega a hacernos enfadar, llorar de impotencia e incluso irritarnos y gritar o insultar (depende del día, de lo mal que nos siente, de cómo nos lo digan, de cuánto nos lo repitan... de mil cosas).

He aquí mis aproximaciones:

  • puede ser que la idea de que nos obliguen a hacer algo que no queremos cuando lo que buscamos es alienarnos de ese control externo y establecer el nuestro propio nos siente mal.
  • puede que, tras tanta insistencia, nos sintamos impotentes porque nos sentimos incomprendid@s: "no me entienden", "no saben lo que es esto" y frases por el estilo.
  • puede ser que nos pidan más de lo que creemos que podemos: "no puedo, realmente no puedo" (sí podemos, sólo que en ese momento se nos presenta imposible de verlo)
  • puede deberse también a que no terminamos de aceptar que comer más o parar de comer sea algo tan malo, aunque sea una idea inconsciente: "no es para tanto", "tampoco estoy tan mal", "si como será peor", etc.
  • y la idea en la que me he quedado estancada: porque hemos asumido que ese comportamiento anómalo que tenemos con la comida somos nosotr@s, lo hemos identificado con nuestra forma de ser, o con nuestro deseo máximo y último ( el primero y el último en realidad). Si no queremos comer y nos obligan, es como si nos dijeran que somos antipáticas y egoístas, eso puede sentar muy mal; si queremos no comer y nos obligan, es como si, recién acabado el colegio, quisiéramos estudiar una filología y nuestros padres quisieran imponernos estudiar Derecho o Medicina: la sensación de que van contra nosotros. Por eso nos ponemos a la defensiva: "no puedo hacer lo que quiero, no me dejan en paz, me agobian", "no puedo ser como quiero".

4 comentarios:

Patita dijo...

Y a veces por cabezonería. A mi me pasa, que tengo algo pensado para cenar o comer, y me ha pasado algo, no se me ocurre un ejemplo ahora, pero me dicen venga que hacemos la cena o lo que sea, y yo digo no, no tengo ganas, y realmente si me apetec comer algo y voy en contra mía, por pura cabezonería.
A veces me pasa lo mismo cuando a lo mejor estoy deseanod ver a mi novio y se me ocurre mandarle un mensaje de que ya nos vemos al dia siguiente con cualquier excusa, y me insiste y yo le vuelvo a decir qu eno hace falta que venga, y por dentro es mi deseo ¿que porqué actúo así? no lo se, pero es consecuencia d emi estado animico, me hago la víctima y la dura a la vez, y todo es en mi contra, pero da igual, porq total, la que se jode soy yo

Dhanaev dijo...

¿Sabes Miranda?
ultimamente intento verme desde otros ojos, de gente que adoro y está cerca. Intento verme con los ojos de mi chico o de mi hermana. Y... lo cierto es que llevo toda una vida siendo mi propia víctima. Lo sé y a pesar de ello me quedo sin voz al pedir ayuda.

Si me veo con otros ojos pienso el daño que me estoy haciendo, los cientos de miles de cosas que no estoy disfrutando porque me "doy pena a mí misma". Supongo que llega un momento en que decimos basta. Y el mío ha llegado, no quiero seguir a la defensiva, de los demás de mí misma.

Y pienso que si durante años que asumido determinados comportamientos, ¿por qué no me puedo reinventar? Puedo empezar de nuevo, soy capaz.
Quiero ser, la princesa de fresa que dice mi precioso sobrino, parece mentira, pero esta personita de apenas 5 años, con poquitas frases me ha hecho entender lo importante que soy para él...
.. por eso voy a tirar pa'lante, por este muñeco que me ha robado el alma.

Animo Miranda, besos

Anónimo dijo...

¡Hola Miranda! Posiblemente sea una mezcla de todo. Quiero proponer otra razón: porque si no no sabemos qué hacer con ese sentimiento de desazón. Nos dicen que comamos (o que dejemos de comer) pero no nos ofrecen una alternativa para soportar lo que estamos soportando con lo que sentimos que están ignorando nuestro sufrimiento. Para mí es como que me propongan como solución para la fiebre que deje de tenerla, cosa simplemente absurda y cabreante.
Un besito,
Violeta

Anónimo dijo...

En mi caso, parece que cuanto más me dicen que coma (o que no coma), más me rebelo...Es una mezcla extraña entre cabezonería (cuanto más me digas que haga algo, menos lo voy a hacer porque ya soy una persona adulta y tomo mis decisiones) y por otra parte pensar que no me merezco que los demás se preocupen por mí, porque soy una egoista que solo piensa en sus problemas, y entonces me hago aún más daño (comiendo de más o de menos). también comparto lo que dice Patita, hay momentos en los que sin saber por qué hago lo contrario a lo que realmente deseo. Supongo que es una forma más de autocastigo.