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Llevo un tiempo como desaparecida del blog. He publicado algunas entradas, sí, pero la mayoría han sido vídeos de canciones.

Muchos de los que me leen, o mejor dicho quienes visitan el blog de forma asidua, aunque sea una vez cada dos meses, sabéis que hace unas semanas empezamos un proyecto, una idea que se está llevando a cabo con paciencia y mucha ilusión por parte de todas las participantes. Me refiero al blog común que estamos creando. ¡¡Cuando esté algo más completo de información, pondré un enlace bieeen grande aquí, en este blog!!

Es una de las cosas que me mantienen ocupada, aunque, sinceramente, tengo la sensación de no estar haciendo nada, quizás sea porque no he llegado a escribir aún nada en él, sólo ando de pruebas con las plantillas, creando páginas e intentando entender cómo funciona el servidor (es que nos fuimos a la competencia, a Wordpress -bueno, yo, que alguna ya tenía allí creado su blog!).

Le comentaba a una chica hace poco que tengo aún entradas a medio escribir aquí, algunas ya empezadas, otras sólo con el título, y otras sólo en mi cabeza. Algunas llevan mucho tiempo esperando, meses; me pongo a hacer mil cosas y cuando quiero ponerme a redactar, apenas tengo tiempo, así que lo dejo para otro día, y ese otro día, para otro más adelante... así hasta hoy. Puede que algunas de ellas las "derive" directamente hacia el nuevo blog, pues creo que allí estarán mejor.

A parte del otro, he estado ocupada con mis preocupaciones personales, que sí las escribo, pero no aquí; este blog lo dejé para lo positivo, para todo lo bueno que pueda dar a los demás y todo lo bueno que pueda salir de lo malo (a pesar de lo cual también hay cosas "neutras" o incluso algo negativas). Mis "locuras", como las llamo yo, las dejo para mí, que ahí están bien.

Esto me recuerda a una entrada que publicaba Violeta en su blog hace unos días: por qué cuesta tanto hablar. Lo cierto es que, ahora que lo pienso, escribí un par de comentarios y en ningún momento hablé de hablar o no de nuestros sentimientos, de contar lo que nos pasa. Curioso. Supongo que mi mente quería evitar pensar en ello.

Pues sí, yo también tengo "locuras", como todo el mundo, y también relacionadas con el tema que aquí atañe, la comida. Poco a poco voy abriendo un camino en mi mente y viendo los árboles de ideas y pensamientos que a lo largo de él hay. las dos últimas semanas fueron más locas que nunca, bueno, más que locas, repetetitivas, que he tenido momentos peores. Pero después de llegar al pensamiento de que yo tengo las riendas de mi vida y de ponerme hecha una furia defendiendome (a mí e, indirectamente, ese derecho) en una discusión, estoy con más fuerza. Me den o no la razón, tengo derecho a seguir teniendo mis pensamientos y no ceder ante la perseverancia del "no tienes razón" de otra persona. No tengo por qué pensar siempre que soy la que hace algo mal siempre, la que siempe quiere llevar razón -porque eso es lo que oigo- y la que siempre ha de agachar la cabeza, callar, revolverse por dentro y acatar lo que le dicen. NO. Basta. Asertividad a tope! Tengo todo el derecho del mundo.

Y si a partir de aquí sigo con locuras de comida, ya veremos qué hacer. Pero ya está bien. No puede ser. Las cosas tengo que hacerlas por mí, no por el qué dirán otros o por el qué querrán que haga o el qué defraudará o no a otros.

Qué fácil es decirlo. Pues no sé bien cómo se hace; no quiero volverme una irascible gritona y cabezota. Me pregunto si alguna vez he estado bien de verdad, pues pensé que estaba como en una mala racha, como en una recaída (no sé bien de qué, porque... bueno, porque no lo sé; no quiero ponerme a hablar aquí de otros pensamientos), pero ya no sé qué pensar. Una gran parte de mi mundo interior está patas arriba, no sé bien ni cómo estoy guardando tanta calma, quizás sea que en el fondo sé que todo tiene solución, que no merece la pena amargarse tan en exceso. No sé. (¿cuántas veces habré escrito y pensado esas dos palabras a lo largo de mi vida? ¿se puede ser más indecisa?).

Necesitaba desahogarme un poco, demostrar que soy persona y también tengo malos (y buenos!) días. (tenía la sensación de haber convertido el blog en algo asentimental, como apartado de mí), también necesitaba esa sensación de sentirse leída, escuchada, saber que alguien te entiende y no te juzga según sus prejuicios y su desconocimiento.

Buff! Me siento alivida y a la vez no sé si hago bien publicando todo esto! No quiero preocupar a nadie, tampoco aparentar algo que no soy (no, si véis, al final la opinión de los demás está siempre presente).

Un abrazo y un beso a todas las que me leéis (creo que no hay nadie del sexo masculino paseando por el blog).