Algo sobre mí

Hola a tod@s:

hoy tenía la necesidad de contaros cómo me va. Para ser sincera,tenía muchas ganas esta tarde, ahora después de la cena, algo menos.

Ya he contado por algún sitio -no recuerdo ni dónde, porque voy dispersando "información"- que por fin fui al médico. Fui, sí señor; y también al especialista.
He empezado la terapia, tratamiento o como se llame. Tuve una primera visita de evaluación o diagnóstico y de ahí me han derivado a la psicóloga y a la enfermera.
A la psicóloga aún no la he visto; a la enfermera, sí, y tengo cita ya todas las semanas con ella, mientras que para la cita con la psicóloga aún me queda un mes. Resultará un poco chocante, a mí al menos me lo parecía.

Y la primera consulta con la enfermera ha sido hoy. Es una enfermera con conocimientos de nutrición, tocaya mía en la vida no virtual, y me ha parecido muy agradable. Estuve una hora en la consulta y, cómo no, lloré, porque no pude evitarlo, me habría gustado contenerlas, pero fue imposible. No sabía muy bien qué iba a hacer con ella, pues una visita semanal me parecía mucho. Por raro que suene, me va a enseñar a comer. Y también va a ayudarme con la autoestima, algo que me ha llamado la atención, pensé que de eso se encargaría la psicóloga -¿para qué tengo consulta con ella, entonces? ¡misterio!

Salí desconsolada de allí, a pesar de lo amable que fue la mujer. ¿Sabéis lo que más me gustó? Que me dijese que era una chica normal. Es como si sintiese que lo que soy o hago no es suficiente, que esperan más de mí (quizás yo espere más y lo achaque a los demás) y oír eso me hizo sentirme más ligera, que una parte del peso que tenía encima, se había caído del hombro y estaba liberada. No obstante, salí con unas ganas tremendas de llorar que no se fueron en toda la tarde.

La verdad es que mi estado de ánimo ha bajado vertiginosamente desde el verano. Y si me notaba más bajita de moral y más apagada, esta tarde he sido mucho más consciente porque me he sentido alegre de verdad, me apetecía hablar con quien quiero e incluso compré un regalo para mi novio porque me apetecía regalarle algo. Se fastidió todo después en la cena y... en fin, aquí estoy escribiendo de madrugada y sin una pizca de sueño, algo cansada, eso sí.
¡Qué desastre! Yo sé por qué lo digo, no me apetece mucho contarlo ahora mismo.

Bueno, lo voy a dejar aquí. Esta tarde se me ocurrían más cosas para contar pero...

Os dejo con mi frase favorita del día:
"Por favor, a pasito de hormiga" (la enfermera pidiéndome paciencia).

Un saludo a todas.