Escribir: ¡una locura!

He tenido un impulso: necesitaba leer. Después de leer he tenido un segundo impulso: necesitaba escribir. No sé si ese impulso es lo que los escritores llaman inspiración, sólo sé lo que he sentido: ganas, muchas ganas de leer, de concentrar mi atención en una lectura que en ese momento se me antojaba interesante; y, tras leer, como si de una consecuencia encadenada se tratara, muchas ganas de escribir. No sé bien sobre qué; sólo sé que tenía ganas, que sentía una gran energía interna que me impulsaba a encender el ordenador y a escribir. No es la primera vez que me ocurre; otras veces prefiero el papel, pero esta vez quería compartir mis sentimientos, unos sentimientos que nunca antes había compartido pues entre la gente de mi entorno cercano nadie me ha hablado de su gusto por escribir ni de lo que siente al hacerlo. Y esto no tiene nada que ver con este blog, pero bueno, al fin y al cabo ya avisé en su día (arriba, en la descripción del blog) de que éste era un blog personal, que nació de mis ganas de hablar sobre los trastornos de la conducta alimentaria, que abría su temática a todo aquello que quisiese compartir; en definitiva, a aquello de lo que me guste o me apetezca hablar.

¡Qué horror! Me estoy justificando en mi propio blog por lo que escribo.

¿Que por qué quería escribir así, sin más? ¿qué me ha desencadenado tantas ganas? No tengo ni la menor idea ("keine Ahnung") tal vez fuesen el pollo y la sandía de medio día, tal vez la siesta de después de la comida, o tal vez que dejé volar la fantasía y la imaginación.

Empecé a leer un libro que traje de la biblioteca hace semanas (no había abierto la tapa más que para leer el índice, ¡y aquello fue en la propia biblioteca...!).

Acudieron a mi mente un montón de pensamientos; como si mi mente se activase de repente y relacionase varias ideas y sea acordase de varias personas distintas en apenas dos minutos, según avanzaba la lectura.

Mmm... (reflexiono)

Todo esto para decir que me acordé de varias entradas publicadas por Hestia y Ariadna sobre la ayuda que puede suponer el escribir a la hora de entendernos, desahogarnos y sonreirnos. Ellas saben a lo que me refiero, y en sus posts o entradas así podéis verlo. Ellas hablan de lo importante que es poner palabras, escribir lo que sentimos, no sólo para hacer consciente lo que permanece inconsciente -dicho de otra forma: no sólo para autoanalizarnos- sino para poner en positivo nuestro malestar, para reafirmarnos en nuestros deseos e infundirnos la energía que necesitamos para llevarlo acabo, para alcanzar ese objetivo.

Lo que leí fue algo muy simple, muy sencillo, que no venía más que a reforzar y a recordar lo que ya había leído y soltado en mi memoria. Son frases sueltas que, hiladas, tienen cierto sentido, al menos para mí. No sé si alguien lo entenderá. Simplemente, necesitaba escribir.

Es fácil perder de vista el hecho de que el escritor no escribe para transmitir unos conocimientos a los demás, sino que escribe para informarse a sí mismo".

"¿Por qué vienes a meditar? ¿Por qué no utilizas la escritura como práctica? Si te comprometes lo suficiente con la escritura, ésta te llevará a donde quieras ir".

"Este libro habla de la escritura. También habla de la forma en qeu podemos utilizar la escritura como adiestramiento para penetrar en nuestra existencia y alcanzar el equilibrio interior."

El Gozo de Escribir (Writting Down the Bones), Natalie Goldberg.