Porque no siempre se ve un@ gord@, pero sí se siente así, inflado hasta con un vaso de café o té.
Normalmente copio el índice de los libros que os acerco. De este, y con el consentimento de su autora, os traigo algunos fragmentos; aquellos que me parecen más significativos y que, considero, sirven tanto para quien está sufriendo con estas enfermedades como para los seres queridos que le rodean.
El libro en sí es el testimonio de su autora, su vivencia personal de la enfermedad, al que se añaden una breve explicación de la enfermedad (anorexia y bulimia concretamente) y unos últimos apartados que son los que me resultan más interesantes de cara a la recuperación: sobre terapias y sobre qué podemos hacer nosotras mismas para ir superando la enfermedad (algunas conductas que, modificadas, pueden ayudarnos enormemente).
La referencia bibliográfica, al final.
Normalmente copio el índice de los libros que os acerco. De este, y con el consentimento de su autora, os traigo algunos fragmentos; aquellos que me parecen más significativos y que, considero, sirven tanto para quien está sufriendo con estas enfermedades como para los seres queridos que le rodean.
El libro en sí es el testimonio de su autora, su vivencia personal de la enfermedad, al que se añaden una breve explicación de la enfermedad (anorexia y bulimia concretamente) y unos últimos apartados que son los que me resultan más interesantes de cara a la recuperación: sobre terapias y sobre qué podemos hacer nosotras mismas para ir superando la enfermedad (algunas conductas que, modificadas, pueden ayudarnos enormemente).
La referencia bibliográfica, al final.
Otra vez había conseguido estar muy delgada, pero no disfrutaba de nada. Mi percepción de la vida estaba teñida por una oscuridad que apenas dejaba vislumbrar los pequeños placeres que podemos encontrar en ella.
Cuando llegué a clase, con la lengua fuera pero maquillada, arreglada y vestida con mi traje de chaqueta impoluto, quién podría imaginar siquiera el infierno por el que acababa de pasar. Tenía que sonreír, ser simpática y asumir el papel de profesora, mientras que por dentro me carcomían la angustia y la humillación.
Entonces también sentí que yo era incapaz de dominar mi vida y que necesitaba ayuda externa por encima de todo. Y esa ayuda no podía venir ni de mi familia ni de amigos, ya que no comprendían ni podían comprender lo que me estaba pasando.
Realmente el comer compulsivamente, el vomitar, mi preocupación con mi cuerpo, etc. han estado tan arraigados en mí, que era ya una respuesta condicionada a cualquier tipo de situación en la que me sintiera un poco extraña, ya fuera positiva o negativa. Como no estaba en contacto con mis sentimientos, en cuanto sentía enfado, miedo, rabia, anticipación, euforia, confusión, casi cualquier emoción que no sabía expresar y aceptar, la negaba y la intentaba ahogar comiendo.
Tenemos una relación de amor-odio con la comida. Buscamos consuelo en ella, pero a la vez es nuestro peor enemigo. Y la comida no es realmente el problema, tampoco nuestro peso o la talla de ropa. Es nuestra percepción de todo ello. Y no sabemos cómo salir de este atolladero. Hay que comer para vivir. Si dejamos de comer, podemos llegar a la anorexia. Podemos morir. Cuando se tiene un vicio o una adicción, es más fácil "cortar por lo sano" y, aunque se pase por un síndrome de abstinencia, una vez superada esta terrible etapa, aunque haya que seguirse controlando toda la vida, basta con mantenerse abstinente por completo. Es más fácil ser abstinente que intentar "restringir" la cantidad de copas o la dosis de droga. Pero con la comida no pasa lo mismo. No podemos erradicarla de nuestras vidas. Tenemos que enfrentarnos a ella día tras día, queramos o no.
Contárselo a un familiar, amigo o a una amiga no es tarea fácil. Puede ocurrir que intenten comprenderte o pretendan ayudarte, informándose a fondo de lo que trata tu problema y sus posibles soluciones, o que no lo entiendan y no sepan qué hacer y, sin querer, se entrometan y dificulten tu camino.
El problema de la anorexia y la bulimia es que, si no se ha vivido (lo cual es, por supesto, lo más deseable), me he dado cuenta de que a las personas les resulta extremadamente difícil imaginar la magnitud del problema.Lo absorvente que es y en qué medida te puede dominar física y emocionalmente. Sin embargo, si nos escondemos y no lo contamos, seguirá siendo una afección que las que la padecemos consideraremos vergonzosa, tabú, reprochable, humillante, etc. Si no la sacamos a la luz, seguiremos sufriendo en silencio. (...) ayudarse a sí misma es ayudar a los demás (...) compartimos prácticamente los mismos sentimientos, aunque nuestras situaciones sean diferentes.
El no saber dialogar, el no demostrar nuestro afecto a los demás, el no dialogar abiertamente de lo que sentimos con las personas con las que convivimos, sean esos sentimientos buenos o malos, nos lleva a buscar una válvula de escape que en mi caso ha sido la comida y el atacarme a mí misma, criticándome y odiándome.
Tengo tan arraigado el autorechazo... Pero voy a hacer un ejercicio de "positividad" y voy a pensar que cada día me resulta un poco más fácil, siempre y cuando siga "practicando" quererme, y no me rinda jamás.
El tratamiento de la bulimia y la anorexia pasa por un plano físico, mental y espiritual, como todas las adicciones y enfermedades psicológicas.Hay que empezar por atajar el comportamiento más dañino. En mi propio caso lo primero de lo primero fue dejar de vomitar y abusar de laxantes y diuréticos, que eran la manifestación más peligrosa de la enfermedad. Esto me daba mucho miedo, porque pensaba que significaría volver a engordar. pero después del infierno por el que había pasado, nada podía ser tan malo como aquello, y merecía la pena intentarlo. Quería salva rmi pareja, me quería salvar yo misma, y quería sentirme viva. Cuando verdaderamente estuve preparada para recibir ayuda, había tocado fondo hacía tiempo (...) Cuando toqué fondo, empecé a sentir que tenía que haber algo más, que la vida no puede ser sólo sufrimiento y que éste, de producirse, no podía ser en vano.Un padre (el de la autora) escribe:
Los sentimientos a veces duelen. Y del dolor viene el crecimiento. De modo que la recuperación no está exenta de dolor. Pero al sentir ese dolor y dejarlo ser y salir a la superficie, deja de carcomerme las entrañas y disfruto de una mayor libertad.
Nos encontramos después con que el niño/a ya es adolescente y creemos que ya está la batalla ganada. Pero no es así: nos encontramos con otra situación nueva: se rpadres de seres independientes qeu tienen cualidades y defectos. Nos vanagloriamso de las cualidades y nos culpamos de los defectos. ¿Qué hemos hecho mal? es posiblemente la pregunta que se hacen todos los padres. Nada. Los padres normales nos desvivimos por dar lo que consideramos mejor. Y los hijos no salen ni bien ni mal. Son simplemente entes independientes que deben aprender por su cuenta lo que es el devenir humano. Eso es todo. Yo tengo cuatro hijos (...) No son ni buenos ni malos. Son como son. Y así debo aceptarlos aunque me cueste trabajo. No es lícito que los hijos sean como queremos que sean. Aconsejo a los padres (...) que ayuden y apoyen y no condenen ni rechazen.
Extraídos de Me siento gorda, de Lorraine C. Ladish, Editorial EDAF, 1993, 3ª edición (abril de 2002).
La autora ha escrito otros muchos libros y artículos, es escritora de profesión, no todos (ni mucho menos!) sobre los trastornos de alimentación. Si sentís curiosidad, podéis acceder a su blog aquí: Blog de la escritora Lorraine C. Ladish.
9 comentarios:
¡Jo, qué duro! Me he metido en el blog de la autora y me encuentro con esto:
"Algo muy importante en tiempos difíciles (y siempre), es mantenerse alejado de personas negativas, malintencionadas y de los vampiros emocionales. ¿Conoces a alguien cuya mera presencia te produce cansancio o un bajón emocional o físico? Corta los lazos con esa persona, aunque forme parte de tu familia. Lo más importante es tu propio bienestar."
Sé que tiene toda la razón pero también he estado al otro lado. Para mí es muy duro darme cuenta de que estoy haciendo eso cuando yo misma he estado al otro lado, pero a la vez entiendo que es inevitable. No ayudas a la gente tratando con ellos por piedad. Últimamente a veces me pregunto si no seré ahora mismo un "vampiro emocional" con tanta comedura de coco con la terapia, etc.:(
¡Un beso!
Antes he escrito el comentario a toda velocidad porque me tenía que ir... Pero quería escribir también mi opinión sobre el texto de la entrada. Totalmente de acuerdo en muchas cosas. En que lo malo de este asunto es que no puedes evitar el objeto de tu obsesión. En lo de negar los sentimientos y ahogarlos con la comida. A mí me pasa exactamente eso. Cada vez menos por suerte, pero ese era el problema.
Sobre todo me ha gustado esta frase:
"Pero al sentir ese dolor y dejarlo ser y salir a la superficie, deja de carcomerme las entrañas y disfruto de una mayor libertad."
El otro día sentí exactamente eso. Antes mi relación con mi padre me carcomía las entrañas. No se me ocurre una forma mejor de definirlo. Y ya no, sigue picando, pero ya no me destroza como antes. Es exactamente lo que dice la autora. Por eso cuando volví a hablar con él después de casi un año, aunque me volvió a decir las burradas de siempre me alegré por ser capaz de cabrearme (valga la paradoja). ¡Me siento liberada!
Hola Dulce de Leche, como estás!!!
Casi imposible explicar a los amigos, los padres y hasta tu marido o pareja.
Con 40 kg, en la cama por no tener la fuerza necesaria para levantarme, mis 2 niñas esperando a una mamá fuerte, el esfuerzo de hacerles la comida y que no se den cuenta de lo que me pasaba.
No sabría decirte que pasó en mi última recaída, no sé de donde salieron las fuerzas necesarias para no dejarme morir y es más pensaba "ya no quiero ésto, Señor llevame", me ha costado tantos años salir de ella (la última). Mis nenas sí se dieron cuenta que mamá estaba enferma y son unos solcitos maravillosos comprensivos.
Miranda, mi perra Lola llegó de la calle, Lucy la menor la trajo. Con ella perdí el miedo a los perros, es una cariñosa divina.
En mi caso mis padres tuvieron que ver, pero mi psiquiatra me dijo a los 19 años "no le dices nada, con mi ayuda y la fuerza de tu parte salimos adelante!!!" y tuvo razón para qué llenarlos de culpas.
Bueno mi vida, aquí si puedo hablar y verás que en mi blog no lo he tocado al tema, algún día lo haré cuando sienta que puedo transmitirlo.
Mis chuik chuik y los abrazos dulces!!!
hola cielo.
no tengo mucho tiempo la verdad..
ya vi q se inarguro la pag..
solo paso para decirte q estoy ingresada en un centro de dia, pero q ya voy mejor y en cuanto me den el alta vendre con mas fuerzas y podre ayudaros
Q estoy intentando dejarme de"tonterias" auqn es probable q cuadno me den el alta vuelva a caer, pero mira, ahora no kiero pensar en eso..
un beso wapa
Violeta, me he reído con tus comentarios. Porque en el fondo son positivos. Yo no creo que seas un vampiro emocional en este momento, pero... par qué engañarnos, todos tenemos una mala racha de vez en cuando y podemos provocar un bajón en otra persona. Creo que Lorraine se refería a cuando ese estado es constante y se extiende en el tiempo. No se trata de ser egoísta con la otra persona, sino de quererse a uno mismo. Es más, por duro que pueda sonar, quizás sea una manera de que esa persona recapacite de lo que le ocurre.
Me alegro un montón de que saques ese cabreo, con tu padre o con quien sea!!
Un abrazo!
Hola, Graciela!
Siento una alegría tremenda al comprobar que estas enfermedades tienen salida, por mal que una se encuentre. ¡Ole por tus fuerzas! y enhorabuena! que creo que aún no te había felicitado.
he tardado en contestar, pero quería decirte que puedes pasar por aquí ( o por el nuevo blog en común que veo que ya conoces) para contar todo lo que quieras.
Un abracito tierno como un panecillo de leche y que sigas teniendo tanta fuerza como la levadura para crecer y soneréir!!
¡Hola a todas! Bueno, lo de "vampiros emocionales" en mi caso va por otro lado, así que no pienses eso ... era un blog de desahogo. !Siento que haya sido la entrada que te haya impactado más!
Quiero contaros que cuando escribí ese libro: "Me Siento Gorda", tenía 29 años, y en realidad todavía no estaba 100% recuperada. Este mes de agosto cumplo la friolera de 45, aunque creo que no los represento ni en mente, espírity ni físico ... Desde mi perspectiva actual - desde entonces he publicado 12 libros más, me he mudado varias veces, rompí una relación, pasé una depresión, conocí a alguien, me casé, tuve dos hijas (la segunda a los 40 años), seguí (y sigo) bailando, me mudé a Sevilla y luego a Florida. Escribí otro libro más positivo: "Miedo a Comer", que me pidió la misma editorial. Primero dije que no, pero luego pensé que las lectoras se beneficiarían de un libro escrito desde el punto de vista de una mayor recuperación.
Hoy puedo deciros que he superado la bulimia (aunque siempre hay que estar en guardia y tener a mano todos los recursos para combatirlo), y que aún así la vida no es un camino de rosas. Pero que he aprendido que de cada problema se pueden sacar dos cosas: hundirse o fortalecerse. En mi caso, finalmente ha sido lo segundo. Mi única sugerencia ahora es: en los peores momentos, procurar simplemente salir airosa del día en que vives, de la hora en que vives si es preciso. SI es posible salir adelante e incluso llegar a APRECIAR el problema que tuviste, ya que por él eres la persona que eres hoy. A mí me enseñó empatía, a buscar soluciones, determinación, y muchas cosas más.
Os mando un beso enorme.
Lorraine
www.lorrainecladish.com
HOLADEBO CONFESARTE QUE ME LLAMO MUCHO LA ATENCION AL LEER TU BLOG SOBRE TODO EL TITULO ESTOY INICIANDO A LEER ESTE BLOG IGNORO A QUE SE REFIERA
PEOR ESTE POST ME HA HECHO ENTENDER
Hola ,me encanta tu blog ,yo tb trato de poner mi grano de arena contra estos trastornos.
Yo te voy a linkear y si no te importa voy a poner trocitos de tu blog en mi foro,no te preocupes,es muy serio.
http://universoanaymia.foroespana.com
www.universoanaymia.es
Gracias.
Un saludo.
Alba.
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